Apèndix de la recerca "La utopia de l'oci burgès"

Darrera

Ressenya a la revista Pasos

Per Jordi Gascón: Penumbras en los complejos de ocio como impulsores del turismo y el desarrollo.

Publicada al vol 11-1 (gener 2013) de Pasos. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural [www.pasosonline.org]

 

Memòries #1: Un retrat de 1974

Fotografia de Juan José Garrido, 1974

Siempre me ha agradado esta montaña. Parece que su propio nombre, en latín es TIBI-DABO, que significa “Te lo daré”, nos ofrece insospechadas aventuras en cada uno de sus inmensos y recognitos rincones.

Porque desde el deposito de las aguas al final de la carretera de su mismo nombre, pasando por el Sanatorio de Belem y el observatorio Fabra, acabando en Torre Baró, ya divisando el Maresme, pasando por los antiguos lugares de “picnic” que se celebraban en la estación inferior del funicular; es la montaña, la única y erguida testigo que ha contemplado la historia, el crecer, el agonizar y el volver a nacer de nuestra ciudad, Barcelona.

Una amplia carretera serpentea subiendo las faldas de la montaña, a sus orillas salpican multitud de pequeñas edificaciones, algunas terriblemente modernas, otras que son las antiguas residencias de verano de aquellos abuelos de barba blanca que quedan en nuestra memoria, y que ahora, abandonadas con su suave color marrón y acompañadas de aquellos retorcidas farolas modernistas, nos alientan a continuar buscando algo que nosotros mismo no sabemos lo que es.

Llegamos a lo alto del camino. Un cruce que nos puede conducir a lo alto de la montaña, donde antaño se erguía el hotel “La Florida” lugar de autentico reposo, o podemos empezar el descenso hacia Sant Cugat.

Pero al cabo de un par de cientos de metros mas adelante, hallamos el primer vestigio. Viejas edificaciones de una planta, también coloreadas por el tiempo como las anteriores, derrumbadas por el abandono, pero recubiertas de ese misterio de ser más sabias que nosotros.

Fotografia de Juan José Garrido, 1974
Fotografia de Juan José Garrido, 1974

De repente, en una suave loma, ligeramente mas elevada de la carretera se alza una edificación que a primera vista nos parece vulgar y no nos sugiere nada especial. Nos
desviamos por la carretera que lleva a Can Cortes y entonces si podemos leer en lo alto de sus gastadas paredes HOTEL RABASSALET. Ahora es el momento cuando entrevemos por la rendijas de las persianas cerradas, cuando descubrimos los policromados restos de unos azulejos que adornan el jardín , es cuando nuestra imaginación nos confunde con la realidad de aquella dominical mañana. Empezamos a ver personas que salen del portal, con su estupendo traje almidonado, señores que tratan de aparentar dignidad con grandes y puntiagudos mostachos, y que echan bocanadas de humo de su habano; y también a grupos de mujeres que cuchichean entre ellas sentadas alrededor de una mesa de mármol.

Llegeix la resta de la pàgina »

L’ensorrament

Anunci de l’ensorrament a La Vanguardia, 1942

Un testimoni de 1912 (en el 1976)

CARTAS A LOS LECTORES
Señor Director:

He leído en «La Vanguardia», en una página en color del domingo 17 cte., un artículo que me ha divertido mucho sobre el casino de la Rabassada, que desde el año 1912 ó 1913 fue propiedad de mi familia que la compró a una sociedad anónima que se fue al cielo…
No discuto lo referente al año 1911. Aún no había nacido cuando inauguraron el Casino, pero en el año 1912 o 1913 estaba ya en La Rabassada donde vivía. Por consiguiente hubiese sido un poco difícil que no me hubiese enterado de la existencia del juego, aunque por referencias familiares. El señor J. Leonard se ha armado un lío con lo que fue y lo que no fue. No hubo nunca en la Rabassada pisos amueblados. Hubo, como era costumbre en los restaurantes de la época, salones, comedores, reservados en total 6 y en la foto se ven las ventanas moriscas de dos de ellos. Hubo además de nuestra vivienda particular, habitaciones, ya que en el año 16 ó 18 en La Rabassada se alquiló parte de ella para hotel-restaurante y así se quedó y fue siempre hasta que mi familia lo guardó entero como finca de recreo en por allí el año 1930. Por consiguiente el juego duró un par de años del 1911 al 13 máximo y si las voces de los croupiers aún resuenan en los bosques es que, evidentemente, hay mucho eco por allí… Recuerdo haber oído comentar que Canalejas que tenía que dar la autorización para reanudar el juego (después de la adquisición por mi abuelo del Casino), fue el día antes asesinado en Madrid y nunca más hubo juego en La Rabassada. Esto debía ser en el año 1912 o 13. En cuanto a la noticia de que el general Primo de Rivera ordenó el cierre del Casino, me hace mucha gracia. El general Primo de Rivera, que era un buen amigo, estaba en La Rabassada el día antes de la proclamación de la Dictadura, y recuerdo que me recomendaron no comentar su presencia.
Si un extenso sudario verde cubre los escasos restos del difunto Casino, es porque en 1936 se apoderaron de él e instalaron en nuestra vivienda y en la parte inhabitada del antiguo Casino un cuartel de Carabineros. Lo dejaron tan destruido, tan maltrecho, que en 1940, para evitar accidentes, se tuvo que acabar de derribarlo.
Esto también forma parte de la historia de La Rabassada.
Aunque con algunas inexactitudes, me ha hecho mucha gracia el artículo. Le ruego lo comunique al autor. La verdad es siempre la verdad.

P. Th P. de UTRILLO

Detall de la nota publicada a La Vanguardia, 12-XI-1976

El comiat de les Brigades Internacionals a La Rabassada

El setembre de 1938, el 39è batalló de carrabiners que hi havia instal·lats a La Rabassada es traslladà a la parròquia de Valldoreix i a dues cases del mateix poble.

La retirada de les Brigades Internacionals a rel dels compromisos adquirits pel president de la República espanyola, Juan Negrín, davant la Societat de Nacions i el Comitè de No Intervenció, marcaren el període final de la Guerra Civil. Alemanya i Itàlia no només incompliren el pacte, sinó que nodriren les tropes feixistes espanyoles d’efectius i armament. La resta de la comunitat de països europeus es va desentendre miserablement del conflicte a Espanya i només tres mesos després, el 26 de gener de 1939, les tropes revoltades contra la República entraren a Barcelona. Els nombrosos brigadistes internacionals que lluitaren a la guerra civil espanyola reberen una sèrie d’homenatges a Catalunya en gratitud per la seva acció en favor de les llibertats. Aquests actes van acabar essent les darreres festivitats populars al carrer abans de l’entrada feixista.
El primer d’aquests homenatges públics tingué lloc a Les Masies d’Esplugues de Francolí, el 25 d’octubre. El segon, a La Rabassada el dia 27 d’octubre, enmig d’uns edificis completament degradats. Aquest acte posaria punt i final a la seva història viva. El que fou el temple de la burgesia de la Belle Époque, tindria l’honor d’acollir també la retirada dels voluntaris internacionals que arribaren de tot el món per defensar unes idees que, precisament, foren contra les que maquinaren els seus propietaris.

 

El tramvia

Folletó del tramvia a la Rabassada, 1911

El dia 11 de juliol de 1911 es feren les proves de la línia Barcelona-Rabassada. El primer cotxe que va fer el recorregut va ser dirigit per l’enginyer de la Companyia General de
Tramvies, el senyor Hahnn, i el cap de muntadors, el senyor Codina. Hi pujaren els senyors Borman, Mirabel, Eloi i Serra, en representació de Boursier i Escartefigue, constructors de la línia i vinculats a la Societat del casino; el senyor Stenberg, Miguel de los Santos Oliver i Josep Sabadell i Giol en companyia del consell d’administració de La Rabassada.

La Sociedad de la Rabassada ha construido una línea tranviaria con elegantes y cómodos coches. Sale el convoy de Casa Gomis, y subiendo y bajando por la montaña en medio de la Naturaleza espléndida, en menos de una hora, sin trasbordo ni molestia se va hasta la Rabassada desde la plaza Catalunya, corazón de Barcelona. Todavía la Sociedad piensa en mayores facilidades de comunicación; con las logradas hasta hoy, ya la concurrencia es numerosísima. Aparte la primera y segunda semanas desde la apertura de la Rabassada, pasan de tres mil billetes diarios los vendidos para entrar en el Casino y sus dependencias.

L’energia elèctrica era subministrada per AEG mitjançant una central situada a la font de la Tenebrosa, al mateix indret de La Rabassada. Inicialment la línia estava formada per quatre tramvies llogats a Tramvies de Marsella, que ràpidament es van deteriorar per no adaptar-se al perfil i instal·lacions de la línia, fet que en provocà el ràpid retorn a
França. Per tal de restablir la comunicació, durant un temps s’oferí el lloguer de la línia a la Companyia Anònima de Tramvies de Barcelona, que restablí el servei del 20 d’abril de 1912 al 24 d’abril de 1914, data en què s’embargaren les instal·lacions. El bon funcionament del transport era una de les claus de l’èxit d’assistència. Sense una bona xarxa de comunicacions i sense unes comoditats determinades per al tipus de clientela, l’accés a Collserola hagués estat molt menys nombrós. Proba d’això van ser els nombrosos problemes d’accés que van haver de patir Sabadell i Montané al 1899, quan s’inaugurà l’hotel i el restaurant. Aquest fet motivà Sabadell a atendre de forma prioritària les problemàtiques que suposava la ubicació dels establiments i aconseguir així organitzar tota una xarxa viaria destinada a comunicar Barcelona amb Sant Cugat, i per defecte amb altres poblacions properes.

La Vanguardia, 1926

La Rabassada dels anys 30: del paradís a l’infern burgès

Durant aquells anys, els atracaments, els assalts i els assassinats es convertiren en actes quotidians a la carretera de la Rabassada. La situació geogràfica d’aquesta via facilitava l’assalt de molts cotxes, carruatges i tramvies que eren sorpresos les 24 hores del dia. Ben aviat, doncs, la carretera que connecta Barcelona i Sant Cugat esdevingué un punt clau de control policial. Amb l’afegit d’aquestes circumstàncies, la manca de capital per invertir en una nova temporada portà inevitablement a la davallada final de La Rabassada: l’hotel, el restaurant i el casino restaren normalment tancats, i les atraccions i els jardins monopolitzaren durant el darrer estiu l’oferta lúdica. Enrere quedaven definitivament les il·lusions de la Belle Époque, l’esplendor de la qual ja no era més que un estrany i borrós record.

La proclamació de la II República es va produir en un context polític i econòmic certament desfavorable pel bon funcionament de les polítiques republicanes. Ni a dins ni a fora del país la situació mundial provocava optimisme: el crack del 29 a la borsa de Nova York marcà l’inici d’un període encara més tenebrós per la història recent del planeta amb la implantació de dictadures feixistes per tota Europa –Itàlia, Alemanya, Portugal, Polònia, Grècia…–. Aquest gran desastre econòmic d’occident marcà el futur negre d’Espanya durant la dècada dels anys trenta, facilitant el terreny a una dictadura totalitària que esdevindrà interminable.
La radicalització de les forces d’esquerra i de dreta oficialitzen un estat de guerra perpetu que inundaria els carrers d’enfrontaments, atemptats i esclats de ràbia. El bienni radical-cedista tractaria per tots els mitjans de prolongar un estat continuista, que tenia com a única arma política la repressió, ja fos mitjançant el pistolerisme carlista o l’acció policial. En aquest context, la lluita obrera i sindical va anar consolidant la seva força.

Tot i el conseqüent augment de vigilància a la zona, ningú va poder evitar que la carretera i el bosc de la Rabassada continuessin sent l’escenari de nombrosos robatoris, assalts i tirotejos. Una brigada de policia muntada s’encarregà de patrullar pel bosc, que en aquells moments era ja propietat de l’Ajuntament de Barcelona. Fins i tot un grup paramilitar de Sant Cugat, el «Sometent Armat de la Rabassada», vigilava la zona pels interessos dels seus senyors.

L’Esquella de la Torratxa, 08-III-1932
La Vanguardia, 1936
L’Esquella de la Torratxa, 23-VII-1937
La Vanguardia, 1936

Les altres vides del Casino

Anunci del Casino de l’any 1930. Font: La Vanguardia

Després de la prohibició del joc i tancament de La Rabassada a principis de la segona dècada del s.XX, els diferents propietaris i directors de l’establiment van tractar de reobrir el Casino, la font més important d’ingressos. I així ho aconseguiren en dies puntuals. Però el control polític i policial va ser tant insistent -sense els favoritismes del passat- que trencà una i altre vegada els intents legalitzadors.

Unes paraules d’elogi

La Rabassada i el contuberni judeo-maçó de Joan Tusquets

Cap a l’inici de la tercera dècada del segle, el diari El Pueblo Manchego va publicar un article signat per Joan Tusquets on es feia pública la història que hi havia darrere de l’enèsim intent de restablir el joc a la Rabassada. La guerra civil estava a prop i els esforços per sectorialitzar l’opinió pública del país, en base a escàndols i successos, esdevingueren part del dibuix previ al conflicte armat.
Joan Tusquets va néixer a Barcelona el 1901, era fill de banquers i va estudiar filosofia i teologia a la Universitat Pontifícia de Tarragona. Tot i militar de jove en corrents catalanistes, quan ingressà com a sacerdot amb només 25 anys, les seves idees s’impregnaren del més ranci i conservador tradicionalisme espanyol. Amb els anys, el mossèn Joan Tusquets prengué notorietat com a ideòleg entre les elits polítiques conservadores i reaccionàries, gràcies a la singular habilitat que tingué per gestar un discurs únic i genuí que va ser capaç d’unificar els dimonis de la tan fustigada pau social: la conspiració judeo-maçònica-boltxevic. La seva gran virtut radicava en el fet de portar aquests tres elements a la categoria d’un totalitarisme conspiranòic. Així els jueus esdevingueren el símbol de la destrucció del cristianisme, la maçoneria el símbol de la destrucció dels valors de la societat precapitalista, i el comunisme –anarquisme, sindicalisme o lluita obrera– el símbol de la destrucció de l’ordre social del moment. Definit i delimitat en aquests marges l’enemic, qualsevol acció repressiva podia justificar-se. El disseny d’una justificació com aquesta garantia el pas a la repressió oberta i aplanava el camí d’un règim d’oligarquies feudals com a projecte central de la futura estructura dictatorial. En aquest sentit, el pare Tusquets va fer un constant profit de la seva posició privilegiada a l’esfera política franquista per confiscar i examinar documentació republicana, molta de la qual es troba actualment a l’Arxiu General de la Guerra Civil Espanyola de Salamanca, arxiu ideat pel propi Tusquets i que emmagatzema milers i milers de documents utilitzats per la justícia feixista per acusar de maçó qualsevol sospitós, tot i que la majoria d’aquests documents se sustenten en indicis poc contrastats i certers sobre la vida política i ideològica de milers d’individus espanyols que, sense garanties judicials, van ser fàcilment condemnats.
Tot i haver estat un clar exponent, durant la guerra civil i la postguerra, de la línia més dura –i tova– del franquisme, justificant la violència decidida contra qualsevol element no franquista, a les darreries de la vida, Tusquets va mirar de redimir pecats negant qualsevol relació amb la repressió de la maçoneria i les idees republicanes. Va morir el 1998. A l’article del diari El Pueblo Manchego, Joan Tusquets elaborà un nou capítol de la conspiració judeo-maçònica que, sempre segons el mossèn, va voler establir a la Rabassada durant els anys 1922 i 1923, el Club des Étrangers, és a dir, el Casino. Com era habitual en Tusquets, la història estaria documentada amb dades, testimonis, conjectures i raonaments que tractaren, una i altre vegada, de demos trar com les forces maçòniques conspiraven a l’ombra per establir un sistema general de corrupció social.

La successió de fets donen compte de l’estafa que el 1922 els maçons francesos François Pêche i Louis Cassan, amb l’ajut i complicitat dels també maçons Jorge Bloch, Francesc Esteva Bertran, José Ramos i Luis Gertsch, cometen sobre l’empresari maçó Palma, individu que utilitzaren com a finançador de l’arrendament que els francesos tenien signat amb Jean Meunier. Segons una denúncia trobada a les actes de la lògia barcelonina Inmortalidad, Pêche, Cassan i Bloch signaren un contracte d’arrendament per La Rabassada amb la idea d’establir noves atraccions i reobrir el casino amb la complicitat i garantia política de Manuel Portela, governador de Barcelona i grau 33 del Gran Orient Espanyol. Però la falta de liquides de François Pêche –jutjat i embargat a França per la fallida de la societat que explotava al casino de Forges-aux-Eaux– obligà la resta d’inversos a buscar noves vies de finançament ràpid per obrir el Cercle. En aquest moment va ser quan entrà en joc el senyor Palma, finançant part de la despesa necessària a canvi d’un gir postal amb la sucosa quantitat de cent dotze mil pessetes, que no van arribar mai al seu compte corrent. Pêche i Cassan fugiren cap a França, i Palma inicià una odissea per poder fer front als deutes que tenia arrel del crèdit que demanà al Banc de Catalunya.
Per Tusquets, tota aquesta maniobra al voltant de La Rabassada no era altra cosa que una estratègia més destinada a sotmetre el poble català:

el buen pueblo catalán hizo la revolución para que cuatro masones, comercialmente desacreditados, dirijan a los mandatarios de nuestra tierra. Aquí no manda Maciá, ni siquiera Pestaña. Aquí se escribe al dictado, según vamos demostrando, de don Francisco Esteva Bertrán y don Luis Gertsch, grado 33 y dirigentes de la Gran Logia española, y de sus colegas del Gran de Oriente inspirados por don Manuel Portela. ¿Hasta cuándo soportará el pueblo tan ominosa dictadura? Caiga de una vez la venda que cubre
los ojos de nuestras multitudes, acuciadas miserablemente por agentes soviéticos para que el Judaísmo y la Masonería vayan llenando sus arcas, mientras se hunde la economía española, y se preparan ruinosos combates entre los patronos y obreros de Cataluña. (El Pueblo Manchego, 2-XII-1933)

Font: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha. Universidad de Castilla-La Mancha